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Presentación del poemario “Aniversario” de Dimitris Angelís en Santander

17_02_2015_A_CAMUS

El viernes 14 de agosto a las 19:30 h en la Librería Gil de la Plaza de Pombo de Santander, se presentará el poemario Aniversario (Valparaíso Ediciones) del poeta griego Dimitris Angelís.

En el acto, que organizan la Librería Gil y la Asociación Sociocultural Filohelena “Periplo”, intervendrá el autor homenajeado, así como el poeta torrelaveguense Carlos Alcorta. Se recitarán poemas de Aniversario y Angelís firmará ejemplares del libro.

Dimitris Angelís (Atenas, 1973). Es una de las voces más personales de la nueva poesía griega, en la que tradición y modernidad se conjugan para explicar los problemas de nuestro tiempo. Doctor en Filosofía, dirigió la revista literaria Nea Efthini y actualmente Frear (Pozo). De sus libros de poemas destacan Filomila (1998), Una muerte más (2000), Aguas míticas (2003), Aniversario (2008) y Confirmando la noche (2011). Además, ha publicado libros de ensayo y de relatos. Aniversario fue reconocido por la Academia de Atenas con el Premio Porfyras y fue finalista del Premio Nacional de Poesía.

Entrada libre y gratuita hasta completar aforo.

TRES POEMAS SOBRE LA CRISIS

1.

Comienzo del nuevo día, horcas puntiagudas
los dos primeros palos del sol.

Abre el cuaderno, poeta: ¡Escribe!

Cuidado con los nuevos lanceros, emigrante: ¡Tienes hermanos!

Araña el muro de musgos, niño recién despertado: ¡Vive!

Porque cada mañana tiene su niño, su poeta y su emigrante.
Y cada noche su muro ineluctable, su libro amargo, su brusco capitán de armas.

Igual que tú vistes la ferocidad de tu belleza para galopar
yo me quedo apartado y te admiro como caballo
de la estepa más mía.

2.

Mi ciudad hoy es una niña inmadura,
asustada, con un vestidito sucio,
se sienta en los escalones de su edificio,
tiende la mano a los transeúntes,
recoge dientes partidos,
echa pastillas en la acera, grita
pío pío a las palomas para que se acerquen,
y cuando no la miran
les saca la lengua.

Mi ciudad hoy es una niña inmadura,
bandera de una terquedad roja su vestidito sucio;
abraza sus rodillas desolladas, arruga los labios,
decapita mariposas, quema contenedores de basura;
con los botines de su saqueo prepara
un nuevo collar,
viene su madre, le tira de la oreja,
se niega a su madre
se niega a crecer,
nunca habla.

Cada tarde toca música
contando con una cuchara los rombos
de la tela metálica.

3.

La luna corría por las venas de los árboles,
dándoles un aspecto de muerte
plateada.

El adivino, contando en su mundo inhóspito otras sombras,
las llamaba ciervos.

El vendedor ambulante ofrecía sus recuerdos de los patíbulos
de las viejas baronías.

Todos los compraban.

Y el asesinato tenía una belleza brutal
como en Macbeth.

Traducción de Virginia López Recio

[Ver el vídeo de la presentación del poemario]